27.11.09

UN ARTISTA IMPOSIBLE



Alfonso Galván 
por Rosa Olivares. Exit Exprés. octubre 2004.

En la constante turbulencia del arte contemporáneo español, con un mercado inseguro y un aún más inseguro criterio estético, hay nombres que se han perdido entre el oleaje. A veces han recalado en playas lejanas, otras se han ahogado y desaparecido para siempre, y otras veces extrañamente reaparecen por las esquinas de un mapa que se arruga y se extiende aleatoriamente
Alfonso Galván (Madrid, 1945) estuvo durante un tiempo en la mira de comisarios internacionales (corrían los tiempos de la Documenta de Rudi Fusch) y de los directores de museos americanos de gran renombre, pero cosas de la vida y del carácter español, las posibles jugadas no se remataron y el artista quedó al albur de una mala jugada partida de cartas entre galerías ya desaparecidas.
Ahora sorprende su vuelta al escenario madrileño, si bien en un espacio no sólo imposible expositivamente sino casi invisible. No obstante la obra sigue allí obediente a las premisas de una coherencia tal vez exagerada. Monstruos y peligrosos paraísos primitivos aparecen detallados en una pintura profunda y misteriosa, con una sensibilidad que puede hacer de una hoja, de un insecto, todo un motivo para derramar dibujo y pintura, olvidándose de tendencias y opiniones. Es un artista imposible, pues no es de otra época sino de ninguna, no es que se aleje de la moda, es que para él y para su pintura, que toma la parte de los animales, de los monstruos híbridos de una imaginación individual, no existe la moda.